Mi nombre es Siscu Romero, o al menos así me conocen. Nacido y residente en Barcelona, ciudad a la que agradezco las facilidades que me ha aportado la profesión y el arte en general, y la posibilidad de haber crecido bilingüe (catalán y castellano).
Desde pequeño me atrajo el arte en todos sus sentidos. Fuí, y sigo siendo, un apasionado de la pintura, la cual es mi otra profesión. Ésta me permite contar historias e inventar personajes, del mismo modo que hago con la interpretación pero en un formato distinto.
La interpretación me vino de mano de la danza.
Siempre fuí un niño muy introvertido, así que busqué en la ella otra vía de escape más, además de la pintura, la manera de expresarme sin la necesidad de hablar.
Fué mi primera profesora de hip-hop, Sonia, la que me recomendó clases de teatro para quitarme el gran pánico escénico que tenía al salir al escenario.
Una vez tomé la primera clase, supe que aquello me daba la vida, y se me daba bien.
Comencé a llevar en paralelo mi formación en las tres disciplinas, y a los 28 decidí que quería formarme como bailarín, en la escuela Company&Company, en la especialidad de hip-hop, pero en la que recibíamos todas las disciplinas: hip-hop, contemporáneo, clásico y jazz.
Actualmente he dejado la danza en el lado de los hobbies, pero la sigo necesitando para seguir encontrándome a mí mismo.
La interpretación ha continuado siendo mi foco en el cual evolucionar desde aquella primera clase que tomé.
Encarnar personajes y darles vida, del mismo modo que lo hago sobre el papel, es lo que mejor me hace sentir. La necesidad de contar historias a través de un personaje ficticio, por no saber hacerlo desde mi yo mismo.
Adoro y respeto esta profesión a partes iguales, con la inmensa necesidad de seguir creciendo en ella y poder seguir compartiéndolo en equipo.